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¿Cuándo pasó Gibraltar a manos británicas?

Historia de Gibraltar para gente que odia la historia

¿Te suena Hércules? Un tío cachas que parece el CEO de un grupo de crossfit y que aparece esculpido y retratado por media Italia y toda Grecia.

Según la mitología, este buen hombre ya conocía Gibraltar hace un porrón de años. Mucho antes de que llegasen los romanos, los visigodos, los árabes, los ingleses e incluso los monos.

El peñón de Gibraltar, o mejor dicho Calpe para los griegos, era el fin del mundo conocido y una de las dos columnas de Hércules.

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¿Dónde estaba la otra?

Justo al lado, en África (hay dudas entre el monte Hacho en Ceuta o el monte Musa en Marruecos). Las dos rocas gigantes flanqueaban el estrecho que une el Mediterráneo y el Atlántico, igual que lo hacen hoy día.

Según el Sálvame de la época griega, estas “dos columnas” fueron colocadas por el tal Hércules (nuestro crossfit man), como un monumento, tras completar uno de sus doce trabajos pero esto… esto es otra historia.

Después… ya sabes. Llegaron otros pueblos, que si los visigodos, los árabes, los españoles… y todos hicieron lo mismo.

—Ehhhh, chaval. Este trozo de tierra es mía. Si me la tocas, te doy con un palo.

Con los años, el palo evolucionó a lanza, aceite hirviendo, ballesta, espada, cañón y cada vez se lío más parda.

Corría un apacible día de noviembre de 1701 cuando va y la picha Carlos II, el rey que gobernaba España por aquellos entonces.

Basta con ver un cuadro del pobre Carlos para ver que mucho, mucho… tampoco podía durar el hombre con esa pinta. Hasta sus amigos se daban cuenta que le faltaba un hervor y cuando no estaba presente se referían a él como “el hechizado”.

Por qué Gibraltar es británico | Rojo Cangrejo Blog de Viajes

Carlos no tuvo hijos (tampoco creo que nadie apostase mucho por ello) y, con su muerte, se abrió la veda por la lucha de poder.

—Que si yo soy el legítimo rey.
—Que no, que tú qué vas a ser rey si yo soy hijo bastardo de perico de los palotes.

Nada que no hayas visto en Juego de Tronos.

La pelea dura estaba entre dos hombres, el archiduque Carlos y Felipe V. El resto de la población se unió a uno u otro según le daba el aire en ese momento de su vida.

También entraron en el ajo otros reyes y otras monarquías que se sintieron ofendidas por lazos de sangre. Que si Francia por un lado, Gran Bretaña y Holanda por el otro… igualito, igualito que Sansa Stark o Jaime Lannister.

Y así estuvieron peleando varios años, dejando a la gente siempre con el corazón en la boca, temporada tras temporada.

La guerra de estos dos cansinos terminó con la victoria de Felipe (de la familia Borbón) y la firma de un papelito conocido como el Tratado de Utrecht.

¿Y qué pasó con el famoso peñón?

En mitad de todo este jaleo, una flota de ingleses (ayudados por catalanes y holandeses) desembarcaron en Gibraltar y toma que dale, toma que dale, se hicieron con el peñón.

Con la firma de la paz, Inglaterra reconocía a Felipín como rey de España siempre y cuando les dejase La Roca en posesión que para algo se la habían peleado con sangre, sudor y lágrimas.

En una negociación, igual que cuando regateas en un puesto de Tailandia, todo el mundo debe ceder en algo y, en esta pelea de gallos, Felipe accedió a cederles de forma perpetua el peñón. De esta forma, La Roca pasó a manos británicas hace 300 años.

Y fueron felices y comieron fish and chips.

¡Ey! Si has llegado hasta aquí buscando info sobre la historia de Gibraltar a través de Google, una de dos:

  1. Te cae en algún exámen de la uni.
  2. Estás planeando una escapada al peñón.

En caso de ser la primera, lo siento, aquí no suministro chuletas.

Si estás preparando tu viaje a La Roca, echa un vistazo a esta guía sobre Gibraltar que te va a venir de rechupete.

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